Venía precedida de unas críticas muy buenas. Pero de los «expertos» de los periódicos y eso podía ser una garantía de que no nos iba a gustar a los espectadores normales.
Pero no, gusta. Y gusta mucho. Hasta molesta que te guste porque, al final, de lo que trata no es de una guerra ni de una batalla. Habla de los instintos más básico del ser humano. Y de esos instintos puestos en una situación extrema. Una situación donde la cortesía y la educación se deben dejar de lado con tal de sobrevivir.
Sobre lo que se ha hablado mucho, la técnica de rodaje, nada destacable. Verlo en un cine «tradicional» es una maravilla. Igual, respectar el formato que Chris Nolan quería, no sea del todo obligatorio.
Un comentario a parte para la banda sonora. Y no es normal que lo hagamos. En esta ocasión lo hacemos porque es un 25% de la sensación de ansiedad que el director quiere crear. Apenas de das cuenta excepto en algunos momentos, pero cuando lo reconoces, no consigues quitártela de la cabeza.
No irás a disfrutar de la historia. Sí del cine de calidad.