Una de esas películas que intuyes que será un clásico de aquí a unos años. Y mi apuesta va por ello.
¿Cómo tan poco puede significar tanto? ¿Cómo uno gesto casi imperceptible de Bill Murray puede suponer el éxito de una película? ¿Como puede ser que Adam Driver esté a la altura de Bill Murray?¿Y un guión que, de entrada absurdo, se traduce en un análisis profundo de lo bajeza humana?
Todas estas preguntas te pasan por la cabeza cuando vas viendo la película. No hay grandes destellos, pero la disfrutas como obra maestra desde el minuto uno.
Para los que ven el humor en una tragedia bien explicada.
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