Secuela de la gran y original «No respires«

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, y esta película no desmerece el dicho. Y no es que no sea buena e interesante verla, pero la primera puso el listón demasiado alto.

El mismo protagonista (el ciego) en una historia un tanto extravagante que te atrapa aunque no parece muy creible.

El excelente trabajo que hizo Fede Álvarez en la primera puso difícil al director de esta segunda entrega.

Entretenida y mantiene en tensión en tu butaca. Pero a años luz de su predecesora.

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