Una comedia romántica típica. Recibes lo que esperas. Lo que te imaginas, sucede. Tal cual.
Luego todo gira en cómo de ingeniosos son los gags y cómo de empalagoso el drama que se entremezcla.
En resumen, es un buen equilibrio entre entretenida y lacrimógena. Los gags son graciosos y juegan con lo políticamente incorrecto de las relaciones con niños huérfanos.
Es una película familiar, que está bien de ver en familia y que solo se justificaría si fuera en familia. Solo, ni por asomo.
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