Es una de esas películas que, antes de entrar o de saber de qué va, tienes la impresión que te va a contar una historia diferente. Y así es.

Son esas piezas que raramente te encuentras en las que ves el perfecto trabajo de todo el equipo técnico como del reparto.

Una historia que recrea los últimos años de la segregación racial en EEUU y cómo las personas con capacidad de influir luchaban (o no) por lo que creían. Y como un personaje (interpretado de forma extraordinario por Viggo Mortensen) que en la vida solo tiene interés por conseguir 50$ para subsistir y con raíces profundas de racista, se convierte en su máximo valedor. Desde mi humilde opinión Viggo Mortensen merece un Oscar esta edición.

Mención especial para Mahershala Ali por su faceta interpretativa alejada enormemente (lo que demuestra su versatilidad) de su oscarizado personaje en Moonlight

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